jueves, 3 de noviembre de 2011

CASOS Y COSAS DE GUATEMALA


TIO CHEMA, DON CHEBO, TATALAPO Y LOS HUITECOS







Sus nombres son sinónimo de historias, cuentos o anécdotas populares, por lo que, al escucharlos parecen tan familiares como que fueran nuestros tíos o vecinos.

Mas, estos personajes, que son parte de la tradición guatemalteca y que muchos consideran imaginarios, fueron hombres de carne y hueso que caminaron un día por alguna calle del país, tuvieron familia, casa y trabajo. 

Pero su forma de ser, o un rasgo muy particular, los hizo quedarse en la memoria de aquellos que los conocieron, y fueron éstos por medio de la tradición oral, los que se encargaron de inmortalizarlos.

“Son parte del anecdotario tradicional”, dice el historiador Celso Lara.

Existieron y tuvieron una vida. “Ellos se han perpetuado al igual que las leyendas, porque se fundamentan en los consejos y las moralejas que dejan”, comenta.

REVISTA DOMINGO
Julieta Sandoval






                                            DON CHEBO


Don Eusebio Ibarra, un hombre acaudalado y muy reconocido que vivió en Quetzaltenango. 

Entre sus propiedades que aún se conocen está una edificación que hizo para un teatro llamado Ibarra; debido a que no funcionó la convirtió en su casa, ahora es la prisión de mujeres. 

La Policía Nacional Civil ocupa otra de sus viviendas.

El historiador Horacio Cabezas dice que fue una figurada creada, a principios del siglo XX, para ridiculizar a Eusebio Ibarra, quien a pesar de ser adinerado era ingenuo; de ahí surgen los chascarrillos. 

En la ciudad altense se dice que su apelativo se originó porque éste heredó en vida todas sus propiedades a sus tres hijos. Al preguntarle la razón, simplemente respondía: “Por Chebo”.

El historiador e investigador quetzalteco Francisco Cajas Ovando lo describe como un hombre de 1.70 metros, aproximadamente, complexión delgada y con mucha clase.

Siempre vestía traje de casimir y sombrero. Usaba un bigote propio de su época.



La inscripción en su tumba, en el cementerio de Quetzaltenango, es difícil de leer, pero todos saben que ahí descansan los restos de Don Chebo.


LA GRACIA E INGENIO DE LOS HUITECOS





El humor especial que tienen para responder de una forma oportuna es el culpable de que se les considere unas personas divertidas.

Los huitecos se divierten en sus reuniones, cuando hablan de anécdotas que les han sucedido a ellos o a sus vecinos, pero alguien de fuera no lo entendería, porque no conoce el contexto.

El mote de los huitecos como “tontos” es muy conocido, algo que ellos no aceptan. 

Es así como Huité ha entrado en el esquema de la nación, pero no como el ejemplo a seguir, sino como un paria, un excluido, por no entender la modernidad y por ser muy rural.




TIO CHEMA

José María Orellana, más conocido como Tío Chema

Nacido en Estanzuela,era un hombre alto, blanco y fuerte.

 Siempre fumaba puro y descansaba en su hamaca, algo común en oriente. Una persona muy franca, a quien no le gustaba la hipocresía.

José María Orellana vivía a la orilla del río Motagua, cerca del kilómetro 145. 

Era una de esas casas típicas del área rural, con paredes anchas y de barro. Al llegar al lugar y preguntar por el terreno de Tío Chema, cualquiera sabe dónde está, pero la vivienda es sólo un recuerdo, pues el Mitch y el Stan la derribaron.




TATALAPO



Este hombre que los libros de historia registran como un caudillo y del que se cree nació en Sanguayabá, Palencia, pero sin determinarse la fecha, ha perdurado a través de los años por la frase tan célebre: “En los tiempos de Tatalapo”.

El día y año de su muerte sí se conocen, la noche del 23 de enero de 1870, por considerarse un hecho importante, ya que participó en una de las batallas libradas después de la Independencia.

Serapio Cruz fue asesinado al ser sorprendido, en Palencia, por fuerzas gubernamentales después de haberse levantado en contra del presidente Vicente Cerna (1865-1871).

Los vencedores mutilaron su cuerpo y colgaron su cabeza en la ceiba de la plaza, después la trasladaron a la ciudad de Guatemala donde la pasearon como trofeo de guerra.


Cruz fue mariscal de la época y se le conoció como Tatalapo. El historiador Miguel Álvarez explica que se le miraba como superior y en ese entonces quienes tenían alta jerarquía eran llamados “Tata” por los subalternos. 

Pero la frase: “En los tiempos de Tatalapo” corresponde a que su vida y muerte marcaron algo importante en la sociedad de esos años. 

Ella resumía todo lo ocurrido, pero después ya no sólo se refería a esa época, sino llegó a tener el significado de tiempos lejanos. 

Así, se emplea cuando, por ejemplo se dice: “Tú eres del tiempo de Tatalapo”, lo cual denota que es una persona mayor.




LA CHALANA Y LA CHABELA

LA CHABELA

HUELGA DE DOLORES
En  1921, un grupo de estudiantes universitarios, principalmente de Derecho y Medicina, deseosos de un canto de guerra del estudiantado, se reunieron para nombrar una comisión que se encargara de componerlo.

Entre los que estuvieron presentes puede citarse al incorregible y nonostientero Joaquin “La Chinche” Barnoya y Epaminondas Quintana.

La comisión fue integrada por los estudiantes Miguel Angel Asturias, Alfredo Valle Calvo, Jose Luis Balcarcel, y David Vela.

En la primera plática puramente informal, Alfredo Valle Calvo improvisó el coro: Matasanos practicantes, del emplasto fabricantes...

Convinieron reunirse en la Facultad de Derecho. Los primeros en llegar fueron Alfredo Valle Calvo y David Vela, quienes se encerraron en el penúltimo salón del corredor del ala izquierda de la Facultad de Derecho.

Iniciaron el trabajo y bautizaron el canto en formación con el nombre CHALANA, por dos razones: la primera, para hacer resaltar su carácter popular, porque en ese entonces a las señoras locatarias del mercado se les llamaba chalanas; y la segunda, por la ironía de la palabra, pues chalán o chalana, es,  en España,  la persona que trata con caballos o se ocupa de ello.

David Vela propuso  que el canto hiciera referencia a los principales males de la Patria: políticos, curas, militares y ambos iniciaron La Chalana con el coro improvisado por Valle Calvo y dieron forma a las tres primeras estrofas.

En este estado el trabajo, se presentó a Miguel Angel Asturias, quien formuló la cuarta y última estrofa, cerrando con broche de oro la canción de guerra de los estudiantes Copia de la canción se entregó a José Castañeda, recién llegado del extranjero, quien lleno de entusiasmo y urgido por los estudiantes que deseaban estrenar la canción en la próxima huelga, comenzó a trabajar inmediatamente.

José Castañeda, concentrado en el trabajo, iba por la calle tratando de encontrar el tema apropiado a la canción, por lo que algunos pensaron que estaba un poco loco; pero se sentó a escribir y la música de La Chalana salió casi en forma improvisada.

Los estudiantes buscaron entonces a don Gabino Juárez, conocido solo por Gabino, propietario y director de la marimba Ideal Club, conjunto musical que interpretó por primera vez La Chalana y compartió las alegrías y las luchas estudiantiles que azotaban con bastante irreverencia a los políticos de entonces.

Se hace especial énfasis en que son distintas La Chalana y La Chabela; la primera es el himno huelguero y la segunda es el esqueleto.

En 1921 la AEU  acuerda editar el No Nos Tientes, periódico estudiantil, únicamente con ocasión del Viernes de Dolores.

Ese año también, el pintor y estudiante de medicina Hernan Martínez Sobral crea la famosa Chabela, organizan la primera marcha estudiantil, precursora de los actuales desfiles bufos. La Chabela, emblema huelguero, aparece por primera vez.

Una de las primeras frases utilizada por los huelgueros, en relación a La Chabela fue:
  - Dios te salve por siempre Chabela inmortal pues en ti nuestra historia es-...




LA CHALANA




CORO

Mata-sanos practicantes,
del emplasto fabricantes,
güisachines del lugar,
estudiantes:
en sonora carcajada
porrumpid. Ja. Ja.

Sobre los hediondos males
de la patria, arrojad flores
ya que no sois liberales
ni menos conservadores:
malos bichos sin conciencia
que la apresan en sus dientes
y la chupan inclementes
la fuerza de su existencia.

CORO

Mata-sanos practicantes,
del emplasto fabricantes,
güisachines del lugar,
choteadores:
en sonara carcajada
porrumpid. Ja. Ja.
Reid de los liberales
y de los conservadores.

Nuestro quetzal espantado
por un ideal que no existe
se puso las de hule al prado
más mudo, pelado y triste;
y en su lugar erigieron
cinco extinguidos volcanes,
que un cinco también se hundieron
bajo rudos ya (taganes).

CORO

Mata-sanos practicantes,
del emplasto fabricantes,
güisachines del lugar,
hermanitos:
en sonora carcajada
porrumpid. Ja. Ja.
Reíd de los volcancitos
y del choteado quetzal.

Contemplad los militares
que en la paz carrera hicieron;
vuestros jueces a millares
que la justicia vendieron;
vuestros curas monigotes
que comercian con el credo
y patrioteros con brotes
de farsa, interés y miedo.

CORO

Mata-sanos practicantes,
del emplasto fabricantes,
güisachines del lugar,
malcriadotes:
en sonora carcajada
porrumpid. Ja. Ja.
Reíd de la clerigalla,
reíd de los chafarotes.

Patria, palabrota añeja
por los largos explotada;
hoy la patria es una vieja
que está desacreditada.
No vale ni cuatro reales
en este país de traidores;
la venden los liberales
como los conservadores.

CORO

Mata-sanos practicantes,
del emplasto fabricantes,
güisachines del lugar,
muchachada:
de la patria derrengada
riamos. Ja. Ja.

Autores:
Miguel Angel Asturias,
Alfredo Valle Calvo,
David Vela,
José Luis Barcárcel
La música por el Maestro José Castañeda

Lencho Patasplanas



MICULAX



Famoso pedófilo e infanticida guatemalteco y ese era su apellido.
Miculax fue capturado en la década de los cuarenta, por haber sembrado el terror entre los niños, a quienes violaba y asesinaba.

Al ser capturado, Miculax fue condenado a muerte.

Su cerebro fue objeto de estudio en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos, para verificar si había algún tipo de patología en este tipo de "desviaciones".
Al final, su cabeza fue robada. El compañero cómplice de Miculax, también fue capturado y condenado a cárcel.

En prisión, se convirtió al protestantismo. Al salir, se cambió el nombre y se volvió pastor evangélico; nunca más se supo de él.

José María Miculax Bux fue un asesino en serie que entre los meses de enero a abril del año 1946 dio muerte en compañía de su primo Mariano Macú Miculax a entre 14 y 15 niños y adolescentes, después de abusar sexualmente de ellos y mientras les asfixiaba utilizando una cuerda con la que ataba las manos y el cuello de sus víctimas.



Miculax fue fusilado mediante un procedimiento abreviado, impulsado durante el gobierno de Arévalo y motivado por la alarma de la sociedad de aquellos días.

Captura de Miculax


Fue a finales del mes de abril, cuando por fin, tras la descripción proporcionada por una anciana, que se capturó el día 26, a Miculax y posteriormente, el 27 en La Antigua, a su primo Mariano, no sin antes haber realizado, la policía, dos detenciones previas que resultaron erróneas.

José María Miculax confesó sin dificultad ante el Juez 5º de Paz sus crímenes, señalando a Mariano como su cómplice, éste a su vez, negó los hechos, pero tras un careo las autoridades notaron las inconsistencias y le inculparon también.

Lugar donde fue capturado Miculax, en el Zoológico La Aurora




Mariano Macú, primo de Miculax y cómplice



La ejecución fue pública, a ella asistió una multitud que se dio cita frente a la pared exterior del Cementerio General, allí Miculax bebió sus dos últimos “octavos” y recibió asistencia espiritual.



Momentos antes de ser acribillado por el pelotón gritaba que quería hablarle a los presentes insistiendo en que él solo había matado a cuatro y su primo al resto y a éste lo dejaban vivo.



La leyenda del asesino en serie se incrementó, cuando con posterioridad, al fusilamiento la facultad de Medicina de la Universidad de San Carlos decidió hacer estudios del cadáver y en particular de la cabeza del criminal, para lo cual fue retirada del cuerpo, hasta que en los años noventa se reportó que la misma había sido robada.





CONCEPCION RAMIREZ



Doña Concepción Ramírez, nació en Santiago Atitlán el 8 de marzo de 1942 en el cantón Tzanjuyú.
En el año 1959, una comisión fue nombrada para ir a Santiago Atitlán  para buscar y fotografíar a la mujer indígena más bonita que encontraran.



Doña Chonita, como la conocen sus vecinos, tenía 17 años y ella fue elegida por esta comisión para ser grabada en la moneda de 25 centavos. 


Gracias al Acuerdo Gubernativo número 791-97 doña Chonita ha podido destacar a nivel nacional e internacional,  siendo homenajeada por varias entidades.




La moneda de 25 centavos que usamos en Guatemala, también es conocida como “choca”. Porque cuando la fotografía de doña Chonita fue esculpida en la moneda, solo se le veía un ojo, y esa fue la razón por la cual se le empezó a llamar “choca”.

Principalmente porque en Guatemala, de forma coloquial se le dice “choco” a una persona que no ve bien.

La moneda de 25 centavos fue muy popular entre los niños de los años 80, principalmente porque era la cantidad de dinero que los padres les daban para el recreo de la escuela.








CABALLO RUBIO


A Caballo Rubio se le solía ver pasar cargando en la cabeza un enorme y pesado canasto con verduras o fruta, el paso apresurado y viendo de reojo por dónde caminaba e iba. 


Podía ser que viniera del Mercado Central o de La Placita y sólo él sabía a dónde y a quién tenía que entregar su pesada encomienda.








LOS CHOCANITOS



Pareja de hermanos, “inseparables y siempre del brazo”

La singular pareja vivía más allá de la Aduana Central, por el Barrio del Tuerto, de donde bajaban diariamente por la Calle de la Merced, atravesando el callejón Delfino, rumbo al Parque Central. 

Caminaban ligero y ambos vestían levita negra, descoloridas y raídas por el uso, y corbatas gruesas de vivaces colores.


El mayor de los hermanos llevaba siempre un combo en la cabeza y tenía mucha labia para cortejar a las muchachas. 

El menor, de mirada gacha y taciturna debido a una enfermedad mental de nacimiento, dependía para todo de su hermano y llevaba un sombrero pandereta de paja, muy de moda en Guatemala por los años 20.

Se les miraba siempre atareados, como llevando prisa, con papeles o canastos en la mano y muchas veces se les distinguía por llevar una rosa o clavel rojo en la solapa, obsequio de alguna locataria del mercado central.



El día entero lo pasaban en el parque, lugar en donde se reunían todos los vecinos por la tarde, a caminar alrededor, o a oír la banda y compartir chismes. 

Desde temprano se les miraba allí, sentados uno al lado del otro, bajo la sombra de un matilisgüate, en la misma banca, esperando el paso de las colegialas. 



Entonces, el mayor de los Chocanitos, bueno para el arte de las palabras y de la poesía, se le quedaba viendo a los ojos a las más coquetas,
 y presto les decía, “Usted es más bonita que la Niña de Guatemala, la que murió de amor”, o le recitaba un poema de su propia cosecha. 

De allí el mote de Chocanitos, en parodia al poeta modernista José Santos Chocano, tan de moda en la Guatemala de Estrada Cabrera.



Federico y Rafael Aragón Carrera, los Chocanitos, estuvieron siempre juntos y fue tal esta costumbre que ni la muerte los pudo separar, ya que Federico murió de tristeza al poco tiempo después de muerto su chocanito, Rafael. 



ROBERTO ISAAC    "TATA DIOS"



Roberto Isaac Barrillas, alias "Tata Dios"  fue el arma de represión del gobierno de Ubico contra los presos políticos que pasaron por la Penitenciaría Central. 

Este famoso personaje pasó la mayor parte de su vida en la cárcel ( múltiples asesinatos bajo efectos del alcohol), siendo cómplice del gobierno para torturar y matar a quienes les estorbaban a Ubico. 

Murió de un ataque al corazón cuando tenía ya más de 50 años, entre  finales de los años 40 y  principios de los 50.




MANUEL NORIEGA MORALES

 FUNDADOR DEL BANCO DE GUATEMALA

La época en que ocupó un lugar importante en la historia monetaria y bancaria de Guatemala fue de 1944 a 1954.

Noriega Morales asistió como único representante de Guatemala a la Conferencia Monetaria y Financiera en Bretton Woods, Nueva Hampshire, del 1 al 22 de julio de 1944. En ese entonces se encontraba haciendo estudios de posgrado en la Universidad de Harvard, en Boston, Massachussets. Bretton Woods y Boston se encuentran a dos horas y media de trayecto por carro.

Esa Conferencia se llevó a cabo en el hotel Mount Washington, de 300 habitaciones, situado en una zona hotelera dedicada al descanso y al entretenimiento, a las faldas del Monte Washington. Asistieron 44 representantes de países, y entre delegaciones y acompañantes se reunieron 700 personas.

Manuel Noriega Morales regresó a Guatemala, y en el gobierno del presidente Juan José Arévalo, que se inició el 15 de marzo de 1945, fue nombrado secretario de Economía y Trabajo. 

En este cargo, procedió a dirigir la reforma monetaria y bancaria de 1946. Este último año es el período en que se puso en vigor la nueva legislación respectiva, aun cuando los estudios se hicieron a lo largo de 1945 y tres de las cuatro leyes fueron aprobadas a finales de este año.

La Reforma Monetaria y Bancaria de 1946 se llevó a cabo con éxito, contando con la asesoría de expertos que habían facilitado el Banco Central Norteamericano, y otras personas extranjeras y nacionales.




Carlos O. Zachrisson Padilla



Nació en la ciudad de Guatemala el 14 de septiembre de 1879 en el hogar de Carlos E. Zachrisson y Clara Padilla. Fue ministro de Hacienda durante los gobiernos de José María Orellana (1922-1926) y Lázaro Chacón (1926-1929).

Dirigió la conversión monetaria de 1924, mediante la cual se estableció el patrón oro y la paridad del quetzal con el dólar estadounidense. 

Contribuyó a la creación de la caja reguladora y, posteriormente, a la constitución del Banco de Guatemala. Para esa labor contrató los servicios del economista Enrique Martínez Sobral.

Fue alcalde metropolitano en 1923. 

Rodolfo Galeotti Torres fundió, en bronce, el busto de Zachrisson, y por ser este último uno de los fundadores del Banco Crédito Hipotecario Nacional de Guatemala, la citada escultura se encuentra ubicada en el edificio del citado ente bancario.

Murió en la ciudad de Guatemala, el 14 de enero de 1956.



Por su significativa labor económica y reconversión de la moneda su rostro ha quedado plasmado en el billete de Q50.



JULIO PIEDRA SANTA

Editorial y Librerías Piedra Santa fue fundada en 1947 por dos maestros emprendedores, Oralia Díaz y Julio Piedra Santa Arandi, quienes apenas iniciada la Revolución de Octubre (1944-1954) aprovecharon el entusiasmo generalizado que se dio en torno a la educación y a la dignificación del magisterio nacional.

Ambos renunciaron a sus empleos y se dedicaron a la edición de material didáctico, textos escolares y literatura.

Esta empresa llegó a tener gran influencia en la educación guatemalteca, a partir de la segunda mitad del siglo XX y su origen marca el inicio de la industria de material didáctico, libros de texto y la formación profesional docente en Centroamérica.

En la actualidad, Editorial y Librerías Piedra Santa se encuentra asentada en Guatemala y El Salvador; mantiene su característica de empresa familiar, ahora operada por la 3ª. generación.




 
Julio Piedra Santa Arandi (1920-2003), fundador de la empresa que lleva su nombre.  Reunió singulares y extraordinarios talentos como maestro, ilustrador e investigador; fue el autor e ilustrador de cientos de “hojitas”, mapas escolares y material didáctico con el que estudiaron varias generaciones de alumnos. En 1981, la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos le confirió su máxima distinción, el Diploma de Emeritíssimum, “considerando los sobresalientes méritos en el campo artístico y pedagógico, como creador de material didáctico para servicio de la educación nacional”.








Fusilamiento de Eduardo Felice Luna


Eran los tiempos del presidente Lázaro Chacón; julio de 1930, exactamente. Los periódicos del lunes 21 de julio informaban en primera plana del asesinato de Mercedes Estrada de Blanco, de 65 años y sus 2 empleadas en la casa número 38 de la 9a. avenida Sur de la zona 1, hoy la librería El Tecolote. 


Al llegar a viernes sin juicio que condenara o exculpara, El Imparcial tituló “El crimen de la novena avenida quedó totalmente esclarecido”. Relataban la captura de Eduardo Felice, a la 1:30 de la mañana, en casa de Eloísa Velásquez, La Locha; el arresto de Juan Emilio Blanco y de Cayetano Asturias –hasta entonces, un perfecto desconocido para los dos amigos– junto a otros cinco supuestos coautores del crimen. 

A una semana del triple homicidio, la Policía hizo una reconstrucción de los hechos con los supuestos autores materiales: Asturias, Blanco (sobrino político de la víctima) y Felice, quienes colaboraron ante la mirada de cientos de espectadores. 



En el juicio se alegó coacción de la autoridad para hacer y decir lo que les obligaron, según su defensa, porque los habían torturado. Eloísa contrató para su amante, Eduardo Felice,  al mejor abogado, Adán Manrique Ríos. 


Fue clara con el jurista: “Q10 mil, si le salva la vida”. Hizo cuanto pudo, hasta hablar con el juez a cargo: “¿Cómo cree usted que Eduardo mataría por un anillo –le dijo, a tiempo que tiró sobre la mesa el contenido de un cofre–, si aquí hay diamantes, rubíes, esmeraldas... todas de él, de su familia?”.

 El anillo al que hacía referencia era la evidencia encontrada a uno de los detenidos.

También se involucró al chofer de Eloísa, quien, según la Policía, condujo para los ocho sindicados en el auto de la Madame. “Es cierto, a Eduardo lo recogió el chofer en la legación (como llamaban a las embajadas) de Francia, sobre la avenida La Reforma; había ido a cenar por invitación del diplomático”, la otra versión que conocieron después los Luna. 


Al cabo de 10 meses, el veredicto no fue “culpable” sino “posible autoría”, mas la sentencia dictada el 19 de agosto de 1931 fue la pena capital. Era el precedente perfecto que Ubico necesitaba para mostrar su mano dura, aún con la “clase alta”. 

Horas antes que lo fusilaran pidió a los policías algo para cobijarse porque sentía frío y podía resfriarse, bromeó Eduardo. Los periódicos acompañaron los textos que informaron a detalle el fusilamiento con fotografías previas al momento en que le quitaron la vida el 2 de mayo de 1931, el cumpleaños de Eloísa. 




Fueron fusilados en público, frente al paredón del Cementerio General, al tope de la 22 calle de la zona 3

 Eloísa Velásquez murió el 9 de enero de 1983. Fue enterrada a escasos metros de su amante, pero la muerte también les fue adversa, porque su familia trasladó sus restos a otro camposanto.









INCENDIO EN EL MANICOMIO



Un incendio redujo a escombros un manicomio atestado de enfermos en el centro de esta capital, causando la muerte de 225 personas y heridas a otras 300.

Entre las víctimas, figuraban 175 hombres y 50 mujeres, que en su mayoría perecieron carbonizados o víctimas de asfixia.

El manicomio, institución administrada por el Gobierno como parte del Hospital General, albergaba a 1.600 dementes. El director del plantel había protestado porque el local estaba repleto.

Para los habitantes de la Ciudad de Guatemala, la noche del 14 de julio de 1960, fue para recordar:


 El Manicomio  estaba sobre la Avenida Elena.



Se podían ver las largas filas de gentes humildes haciendo una cadena en la que pasaban baldes y cubetas de agua.  Frente a la 12 calle, un grupo de albañiles que con sus piochas intentaban romper los muros coloniales, cuyo grosor impedía que los hombres consiguiesen penetrarlo con facilidad.

Las sirenas de los Bomberos Voluntarios empezaban a oírse cuando ya el pueblo de los barrios trataba que los enfermos, las enfermeras, las monjas y algunos médicos no perecieran quemados.
Una heroína, Olimpia Hernández, enfermera, perdió la vida salvando a los enfermos.





Atentantado de la Bomba a Estrada Cabrera



En 1907, cuando Manuel Estrada Cabrera llevaba poco más de nueve años en el poder, un grupo de jóvenes profesionales, de familias acomodadas, atentó contra su vida de manera fallida. Luego de una virulenta persecución de varios días, cuatro de los conspiradores (autores materiales del atentado) fueron copados por las fuerzas del orden. 



Después de un largo combate, fieles a un juramento entre caballeros, se quitaron la vida de un balazo en la sien derecha, para caer “sonrientes y de cara al Sol”. 


Los hermanos Enrique y Jorge Ávila Echeverría, junto con Julio Valdés Blanco, habían estudiado en Europa (abogacía, el primero; medicina, los otros dos) en un período de efervescencia social. Si bien aquellos movimientos eran contrarios a su modo de pensar, los tres veían en las medidas de fuerza una necesidad para liberar a los pueblos oprimidos. 






Fue así como, desde París incubaron el sueño de derrocar al tirano. De esa cuenta, a su regreso convocaron a una tertulia a varios hombres de familias acomodadas, que en su mayoría no sobrepasaban los 30 años de edad  y empezaron a hablar de ultimar al dictador. 



 Después de aquel primer encuentro, en agosto de 1906, hubo otros a los que se sumaron nuevos personajes comprometidos con la idea.


Una vez eliminado el tirano, el comité conspirador establecería amplias reformas a la Constitución y en las costumbres políticas. Pretendían “crear un marco en el que se organizaran honradamente los partidos políticos” y tomar, en definitiva, otra serie de medidas tendientes a democratizar el ejercicio del poder y la participación ciudadana. 

Esto implicaba el restablecimiento de la libertad de imprenta, la solución de la situación económica y otras medidas que sanearían aspectos municipales, legales y jurídicos de la vida nacional.  



Además de los ya mencionados, se involucra a Baltasar Rodil, Rafael y Felipe Prado Román, Eduardo y Pedro Rubio Piloña, Francisco Fajardo, José Pomés, Rafael Madriñán y Gustavo Ramírez, entre otros. 






En las reuniones se barajaron varios métodos para eliminar a Estrada Cabrera. Los Rubio Piloña se ofrecieron para ultimar al dictador tras solicitarle una audiencia. Los Prado Román, magníficos tiradores, propusieron una emboscada al cortejo presidencial. 



Zeceña sugirió el levantamiento de un cuartel… Finalmente, se impuso la propuesta de un atentado con dinamita hecha por Enrique Ávila Echeverría, cuya personalidad y liderazgo convencían y contagiaban, más que los argumentos. 



 Acordado el plan dinamitero, establecieron las fases del mismo y organizaron comisiones.



 También previeron la posibilidad de fracasar, remota según ellos. Ante esta situación, acordaron que no les quedaría más opción que el suicidio. 

Se discutió, como punto de poca importancia, la forma de morir: un cartucho de dinamita en la boca para destrozar el cráneo; un balazo en la bóveda palatina, asegurando que era la muerte más rápida. 



  Después de sellar el pacto con un abrazo, pusieron manos a la obra siguiendo los pasos trazados.




El plan consistía en hacer detonar una bomba al paso del cortejo presidencial cuando se dirigiera a la Asamblea Constituyente para leer un discurso, el 1 de marzo de 1907. Necesitaban mucho dinero, pero en poco tiempo acumularon abundante capital, dadas las simpatías que despertó la causa entre los de su clase. 



 Una comisión debía adquirir los materiales para fabricar la bomba. Otra, sobornar a Patrocinio Mendizábal, cochero de Estrada Cabrera, para que detuviera el carruaje en el punto donde estallaría el artefacto. 



Otros hablarían con Francisco Anguiano, primer designado a la Presidencia, para que les entregara el poder luego de la muerte del tirano. El miedo de Anguiano era la mejor garantía de su silencio. 



Rodil y Valladares buscaron una casa cerca de la Asamblea Nacional, desde donde colocarían el explosivo. En el caso de que el mandatario quedara vivo, los Rubio Piloña debían ultimarlo en el lugar del atentado. 





 
Pero, ese día, algo salió mal. Hay quienes aseguran que el dictador no concurrió a la Asamblea Nacional; otros, que al momento de hacer estallar los explosivos, no se pudo detonar la bomba. 

El incidente desmotivó a algunos, pero la característica personalidad de Enrique Ávila hizo resurgir los ánimos. 



 Así las cosas, se optó por aprovechar los paseos de Estrada Cabrera a La Reforma. Esta vez, se las agenciaron para obtener dos casas, ubicadas en la séptima avenida entre 16 y 17 calles, desde donde cavarían un túnel que les permitiera colocar la bomba justo debajo de donde pasara el coche presidencial. 


Los trabajos de excavación fueron arduos, por cuanto debían utilizar herramientas livianas para no hacer ruido y despertar sospechas entre los vecinos. En esta tarea participaron los Ávila Echeverría, Valdés Blanco, Rodil, Madriñán y los hermanos Prado. 

 Mientras tanto, Valdés Blanco vigilaba todas las mañanas, desde su casa, la de Estrada Cabrera.

 Esperaba la salida del coche presidencial y luego lo seguía acompañado de don Rafael Prado.

 Mientras, don Felipe, en una bicicleta, observaba lo mismo para adelantarse, llevarle la noticia a Madriñán quien desde la esquina haría la seña para la detonación. Estos movimientos se realizaban todos los días, en espera de terminar la excavación y colocación de la bomba y para hacerlos rutina y no despertar sospechas. 

 El 29 de abril de 1907, a las siete de la mañana, casi dos meses después del primer intento, al arrancar la caravana del dictador, se desató en cadena la serie de pasos tantas veces ensayados.

 Al pasar el cochero frente a la marca en la pared acordada para detener el paso, un movimiento brusco impidió que el carro se detuviera. Un ruido atronador se hizo escuchar mientras una nube de polvo se levantaba tras la explosión que destruyó la parte delantera del coche presidencial. 

No quedó claro si Mendizábal fue un héroe que ofrendó su vida por la causa, o si no le develaron todos los detalles del atentado. La tremenda sacudida causó daños a muchas casas, cobró la vida de Mendizábal y serias heridas al primer jefe del Estado Mayor, José María Orellana, quien custodiaba, a caballo, al presidente. 




Entre los escombros apareció el dictador, quien sobrevivió sin mayores rasguños junto con su hijo Francisco.




Fácil fue dar con muchos de los nombres de los conjurados. 

De hecho, la juvenil temeridad de Enrique Ávila Echeverría le había hecho dejar, entre la excavación, sus pantalones y su saco fabricados en París con el nombre completo de su dueño. 

Luego del atentado, Estrada Cabrera mató y atormentó a diestra y siniestra, a sangre fría, incluso un año después del suceso. Cientos de inocentes, incluidos mujeres y niños, fueron detenidos y atormentados. 

Varios de los conjurados y sus familiares fueron fusilados. La esposa de Valdés Blanco fue encarcelada y años más tarde, con la familia dispersa, terminó sus días en El Salvador.


Poco a poco a poco se descubrieron los nombres de los cuatro autores materiales, quienes se vieron obligados a realizar una penosa peregrinación en busca de posada durante varios días.

 Con la ayuda de Nery Prado, padre de los hermanos Prado Romaña, encontraron alojamiento en casa de doña Piedad Rousellín, luego en casa de doña Amelia Saborío de Romaña y, más adelante, en la Legación de España, donde los asiló la esposa del embajador, don Pedro de Carrere y Lembelle, quien se encontraba ausente. Allí permanecieron tres días. 

 Luego se hospedaron con doña Francisca Franco, quien había trabajado para los hermanos Ávila Echeverría. Y de ahí en casa de doña Rufina Roca de Monzón, en el Callejón del Judío.



Escondidos incluso de la servidumbre, los cuatro hombres esperaban el momento de escapar. Sin embargo, uno de los hijos de doña Rufina enfermó de pulmonía, razón por la que el galeno Jorge Ávila Echeverría, sin dudarlo, bajó a atenderlo pese a las súplicas de la señora de que volviera a su lugar. Ese acto de humanidad salvó la vida del pequeño, pero comprometió la de los fugitivos, ya que una sirvienta los vio. 

Y fue tras una reprimenda que le hiciera doña Rufina que la empleada se vengó delatando a los conjurados ante su novio: un soldado del Fuerte de Matamoros. Extremo que confirma Marta Peña, actual moradora de la casa donde vivió doña Rufina, esposa de su abuelo. 


El lunes 20 de mayo marcaría el desenlace de este ominoso capítulo. Aquella madrugada, los hermanos Ávila Echeverría, Julio Valdés Blanco y Baltasar Rodil (quien ese día habría de contraer nupcias) se preparaban para partir de aquella casa. 

Pero, a las tres de la mañana, un golpe en la puerta anunció la llegada de sus perseguidores. 


Doña Rufina, sus hijos, otros huéspedes así como la servidumbre se refugiaron en el fondo de la casa, en tanto los cuatro hombres avanzaron hacia el tejado. 

En el camino, Valdés Blanco dio muerte de un balazo al coronel Urbano Moreno, quien comandaba el operativo. 

Se inició un tiroteo que se prolongó hasta las seis de la mañana cuando, sitiados y fatigados, los conspiradores optaron por cumplir su juramento. 

Aunque mucho se dijo sobre si se suicidaron o si se les dio muerte, la fotografía que quedó para la posteridad demuestra que, por la abundancia de sangre en el orificio, el disparo en la sien fue el mortal. 

 La tumba de los hermanos Echeverría Avila está ubicada en el panteón No. 2, sobre la 1a. avenida del cementerio.



LOS CADETES: 
SEGUNDO ATENTADO A MANUEL ESTRADA CABRERA



Guillermo Heinke

El 20 de abril de 1908, al presidente Manuel Estrada Cabrera le hace un disparo a quemarropa el cadete Víctor Vega alcanzándole únicamente el dedo meñique, acto que desencadena una serie de fusilamientos en la Escuela Politécnica y posteriormente su cierre completo.


Víctor Manuel Vega cumplía una promesa hecha a su novia.



Enfurecido, y a modo de terrible escarmiento popular, Estrada Cabrera ordenó fusilar a prácticamente toda la compañía de caballeros cadetes a la cual pertenecía el cadete Vega, a excepción de dos, Rogelio Girón y Manuel Hurtarte, quienes fueron llevados a la penitenciaría central sin darles razón alguna.


La Escuela Politécnica fue cerrada en 1912, y cuentan que, al tirano no le bastó cerrar la institución armada sino que mandó a demoler sus instalaciones y luego, quemó con gasolina los campos como para hacer deshacerse de la maldición o maleficio.


La antigua escuela de cadetes estaba ubicada en las cercanías del templo de la Recolección, en lo que se consideraba entonces las afueras de la ciudad.







LA GENERACION DE   1920



Entre 1918 y 1920, el único centro de estudios superiores recibió el nombre de Universidad Nacional Estrada Cabrera, con las facultades de Derecho, Notariado y Ciencias Políticas y Sociales; de Medicina y Cirugía, Matemáticas; Ciencias Naturales y Farmacia; Filosofía, Literatura y Ciencias Especulativas, y Agronomía.




Durante el año que duró el gobierno de Manuel María Herrera que sustituyó a la dictadura de Estrada Cabrera, se dio autonomía a las facultades por el Decreto de la Asamblea  Nacional Legislativa del 4 de mayo de 1920 y se suprimió el nombre de Estrada Cabrera.






Se nombró Rector de la Universidad Nacional al Jurista Salvador Falla, quién fundó la  Revista Universitaria, para divulgar el saber científico, además pidió que: “se inculcara el amor a la verdad, que en la institución se formara a verdaderos ciudadanos y se desarrollara la Extensión Universitaria, impartiéndose pláticas dirigidas a los agricultores, obreros, maestros, a las mujeres y a los niños”





se restablecieron la “Asociación  del Derecho” y la “Juventud Médica” desarrollando actividades científicas y culturales que contribuían a las actividades académicas de la Universidad. Se fundó la  Asociación de Estudiantes  Universitarios  (AEU) el 22 de mayo de 1920.

Facsímil del Acta de fundación de la AEU




 La generación de universitarios de 1920.  





La Generación de 1920 fue un grupo de intelectuales y dirigentes cívicos guatemaltecos, cuya actuación se ubica en los últimos años de la dictadura de Manuel Estrada Cabrera y en la década que siguió a la caída de éste.

Entre sus principales exponentes figuraron Alfredo Balsells Rivera, Arqueles Vela, Carlos Samayoa Aguilar, David Vela, Luis Cardoza y Aragón y Miguel Ángel Asturias.



Hacia 1920 surgen unos escritores jóvenes, que nacieron en los últimos años del siglo XIX o en los comienzos del siglo XX.

Los escritores más importantes de esta década son:
Alberto Velásquez (1891-1968)
Miguel Ángel Asturias (1899-1974)
César Brañas (1900-1976)
Flavio Herrera (1895-1968)
Carlos Wild Ospina (1891-1956)



Tal como relata Epaminondas Quintana, en 
un artículo del primero de marzo de 1963 en el diario "El Imparcial", esta generación toma su 
nombre a partir de: 


Generación de los 20

Juan Olivero Nelson

Miguel Angel Asturias

David González Saravia


Primero: Fue bautizada así en París, por Miguel Ángel Asturias, Juan Olivero y Epaminondas
Quintana, en el año de 1926 con ocasión de editar la revista Ensayos, que el primero hizo perdedizo.


Arturo Carrillo

Javier Ralón Cabrera


Segundo: Es la generación de estudiantes que asistió a la caída de la más secular de las 
tiranías centroamericanas (Estrada Cabrera 22 años), participó en la lucha contra el tirano y 
floreció luego en una Serie de actividades entonces revolucionarias (no en el sentido político 
sino cívico). 
Carlos Fletes Sáenz
Gonzalo Pérez Anleu


Tercero: En efecto, uno de ellos firma el acta de los tres  dobleces; Piedra angular del movimiento  libertador; otros 4 Integran la Junta Directiva central del partido Unionista y 200 desempeñaron comisiones, algunas riesgosas durante los 4 meses que duró la lucha.


Adán Serrano


César Brañas

Cuarto: Surgido el nuevo gobierno, por lo menos 40 de ellos ocupan  curules, subsecretarías o 
direcciones generales. 

Héctor Aragón

Roberto Valle Calvo

Quinto: Hacen el Primer Congreso Centro Americano de Estudiantes




Sexto: Fundan la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU). 




Séptimo: Editan la Revista Studium. 




Octavo: Fundan la Universidad Popular. 


Oscar Clemente Marroquín Rojas



Muerte de Clemente Marroquín Rojas



Sepelio de Clemente Marroquín Rojas

Homenaje a Clemente Marroquín Rojas



Noveno: Reorganizan la Juventud  Médica y le dan un órgano científico serio. 








Décimo: La Juventud Médica hace los primeros intentos de divulgación higiénica dando 
cursillos de puericultura y editando impresos  con normas de alimentación infantil, profilaxis 
venérea e  higiene general. 

Miguel Angel Asturias, Clemente Marroquín Rojas




Epaminondas Quintana
Once: Declarada autónoma la universidad, ellos organizan propaganda eficaz para hacer llegar 
a la directiva de la Facultad de Medicina, a los elementos mas preparados. 

Moisés Villagrán

Medinilla
Doce: Logran representación de los estudiantes en la juntas directivas de las facultades. 

David Vela




Trece: Tramitan y logran la entrada libre de los antipalúdicos y los antibióticos. 

Ernesto Cofiño
Ernesto Viteri

Catorce: Logran reglamentación que permite la práctica de las autopsias clínicas (antes 
imposible legalmente). 


Quince: Reorganizan la huelga de Dolores, dándole ya un carácter popular callejero y de mayor  trascendencia política y social.

Jorge Zepeda De León

Dieciséis: Dan al órgano de la huelga el No Nos Tientes un relieve popular nunca superado 
antes y después.
Nonostientes



José Castañeda

Diecisiete: Fundan la Asociación "Claridad" de tendencias socialistas y editan un semanario del 
mismo nombre. 








Dieciocho: Fundan el grupo Vida  y éste edita la revista del mismo nombre. 





Diecinueve: Editan el Semanario Ensayos de gran influencia política  y social. 






Veinte: Crean, divulgan y arraigan en el alma popular “La Chalana” canto de guerra, alegría y 
definición política del estudiantado; que ameniza en la actualidad cada fiesta nacional y 
privada. 

























PIE DE LANA


Según se creía era un distinguido caballero de la época colonial, un prominente hombre acaudalado que se llamaba don Juan de Montejo, que bajo la cortina de la noche se convertía en el temible Pie de Lana, apodo que le quedó porque se amarraba en los pies trapos para no hacer ruido al caminar sobre el empedrado de las calles de La Nueva Guatemala.

Pie de Lana según la tradición, tenía una de sus guaridas en el antiguo cementerio, que se ubicaba en lo que hoy es el Mercado Central, una tumba vieja era la fachada de ingreso a una amplia sala en el fondo de la misma donde acostumbraban reunirse en las noches oscuras a repartirse el botín después de dar algún golpe.

Pero al fin le llegó su día y fue juzgado y sentenciado a la horca, su ejecución se llevó a cabo en un aguacatal que todavía existe atrás de la Ermita del Carmen.

CARA DE ANGEL

Miguel "Cara de Angel"

Miguel Cara de Ángel es un seguidor del Presidente Manuel Estrada Cabrera, el cual es utilizado para realizar acciones que no se pueden ser conocidas por el público en general. 

Su vida se verá profundamente transformada por la hija del General Canales, Camila, que se convertirá en el amor de su vida. Se trata de un hombre inteligente, que como la mayoría, prefiere no ver y plantearse las situciones de su alrededor.

Es uno de los personajes principales de la novela EL SEÑOR PRESIDENTE  del premio Nóbel guatemalteco Miguel Angel Asturias.









GUATEMALA DE ANTAÑO- LAS CALLES DE MI CIUDAD- LA PERIFERIA

LAS CALLES DE MI CIUDAD LA PERIFERIA ANILLO PERIFÉRICO (BULEVAR ADOLFO MIJANGOS LÓPEZ) ...